Yo! el que quema las naves con una guitarra
me quedo y me voy

Los dias de la vida

Se conocieron casualmente, buscaban perlas en las plazas.
Eran pocas las personas que lo hacian. Y eran menos los que no les perturbaba el fracaso diario de la tarea. En este grupo se encontraban las dos personas. El descanso era un buen momento de la expedicion, se contaban las historias con amor y por querencia. Preferian tanto la mañana, como la tarde, el atardecer (como otro momento) , y la noche los ha recibido.
Podrian haber sido dos dias, tres meses, o un año. Desde siempre que tienden a pasear por la atemporalidad de sus espacios.
Entienden su mutua sensibilidad, sera un motivo de abrazos con fervor.
Se dan cuenta que nada vale, mas que pasar los ratos, umbrales con lluvia, casa con mate, quizas un te, los espacios...
Comparten las lagrimas cruzadas, riendo sin parar