Una luna de testigo, con un solo ojo le basta.
Brilla, y apaga los pocos faroles.
Colores tan naturales, y un frío invisible,
forman un aire tan mágico que puede
mantener la vigilia del mas cansado.
Los ruidos, que son parte del silencio,
están pegados a las ramas,
al pasto, y a los arbustos.
Algún alma le pide permiso a los arboles,
pasan, ninguna se para a apreciar.
lunes, octubre 22, 2007
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1 comentario:
Y...el apuro de hoy en día.
Falta corazón y los 5 sentidos no funcionan del todo bien para algunos.
Me encanta como escribís Pati!
Besos
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